Lección #3: La cantidad y la acentuación

Augusto (con su pequeño amigo)

Para la lingüística la cantidad se refiere a la duración de un sonido, que generalmente es una vocal, o de una sílaba. Por otro lado, el acento es un rasgo prosódico “cuya finalidad es poner de relieve un sonido o grupo de sonidos. En otras palabras, establecer un contraste entre diferentes segmentos fonológicamente definibles” (García Z. & Arango M., 1988). En la lengua escrita el acento se marca, cuando es necesario, con la tilde. Definidos estos conceptos podemos ahora hablar de ellos en el latín:

Las sílabas en latín pueden ser breves o largas. En ocasiones, como apuntamos en la lección anterior, los gramáticos señalan estas diferencias de cantidad con pequeñas marcas encima de las vocales. Se usan el signo (˘) para significar que una vocal es breve y (¯) para indicar que es larga. Pero estos signos no fueron conocidos por ningún romano imperial. Tampoco existía la tilde. Por eso anotaba la en la lección anterior que este es el tipo de cosas que te aprendes de memoria (como suele pasar con todos los idiomas).

En latín no hay palabras agudas. Es decir, ningúna palabra latina tiene el acento en la última sílaba. Sólo existen en esta lengua palabras llanas o esdrújulas. Todas las palabras de dos sílabas son llanas (o graves) y deben acentuarse prosódicamente* en la penúltima sílaba. 

Las palabras de tres o más sílabas se acentúan en la penúltima sílaba si esta es larga, y en la antepenúltima si es una breve. Es decir, cuando sea larga la penúltima sílaba de una dicción polisílaba (una palabra de más de dos sílabas) sobre ella caerá el acento. Si fuere breve se llevará a la antepenúltima. Así: musarum, Iberi, Quirites, candoris se pronuncian musárum, Ibéri, Quirítes, candóris, palúdis, y por el contrario, Asdrubalis, pueri, constitit, filiolus, consules se pronuncian Asdrúblalis, púeri, cónstitit, filíolus, cónsules. (Alvero Frances, 1952)

Notas

1. "Prosódicamente": Se refiere al habla, a la articulación de los sonidos. Lo prosódico se contrapone a lo escrito. En español, por ejemplo, no todas las palabras llevan acento ortográfico, pero todas tienen acento prosódico (siempre hay una sílaba que sobresale por encima de las otras).

Bibliografía

Alvero Frances, F. (1952). Sic Habet... Bogotá: Publicaciones Cultural S. A.

García Z., C., & Arango M., L. (1988). Fonética y fonología españolas. Medellín: Ediciones Centro de educación a distancia Universidad de Antioquia.